En sólo dos años, como gobernador, Sarmiento cambió la fisonomía de su provincia. Abrió caminos, ensanchó calles, construyó nuevos edificios públicos, hospitales, fomentó la agricultura y apoyó la fundación de empresas mineras. Y como para no aburrirse, volvió a editar el diario El Zonda. En 1863 se produjo en la zona, el levantamiento del Chacho Peñaloza y Sarmiento decretó el Estado de Sitio y como coronel que era, asumió personalmente la guerra contra el caudillo riojano hasta derrotarlo. El ministro del interior de Mitre, Guillermo Rawson, criticó la actitud de Sarmiento de decretar el Estado de Sitio por considerar que era una decisión exclusiva del Poder Ejecutivo Nacional. Sarmiento, según su estilo, renunció. Corría el año 1864.

 

Sarmiento estaba en 1862 en Buenos Aires. Sintió que su provincia lo necesitaba. Llegó a San Juan como enviado del Gobierno Nacional por entonces presidido por Bartolomé Mitre. Asumió como Gobernador de una provincia empobrecida y dividida, por eso trató de ordenar las finanzas y de impulsar el modelo basado en la civilización y el progreso. La lucha y oposición interna que tuvo Domingo Sarmiento impidieron el logro total de sus proyectos y ante la falta de apoyo de sus comprovincianos, muy a su estilo, renunció al gobierno en 1864. Había elaborado un plan integral sin descuidar ningún aspecto. La educación y el desarrollo económico basado en la minería fueron algunos de sus pilares, pero la falta de recursos humanos, tecnológicos y financieros, el descontento de la gente por el aumento de impuestos y las montoneras de Chacho Peñaloza jugaron es su contra a la hora de llevarlo a la práctica. A pesar de ello en San Juan se notaron esos dos años del gobierno de Sarmiento.